12 ene 2016

Nueve razones para enamorarse de Montreal


Montreal es una ciudad cosmopolita con una identidad propia y única.
Vivir en Montreal no es como vivir en cualquier otra ciudad de Canadá ni del mundo. Personalmente pienso que los atardeceres de Montreal no se parecen a ningun otro atardecer. Yo he visto muchos en Montreal en todas las épocas del año y puedo asegurarte que vayas en la época que vayas te deslumbrará esa luz dorada del atardecer en Montreal. La palabra «Montreal» es la versión arcaica, en francés antiguo, de «Mont-Royal» (cuando «royal» se decía y se escribía «real» sin acento, como en castellano), un monte localizado en la ciudad, en el centro de la isla.

Montreal se sitúa en la isla del mismo nombre entre el río San Lorenzo y la Rivière des Prairies. Es uno de los principales centros industriales, comerciales y culturales de Norteamérica.

Vista desde el Mont-Royal

1. Pasear por el Viejo Montreal

En Montreal se funde Europa y América, pasado y presente. Para sentir ese pasado y esa mezcla lo mejor es perderse por las calles adoquinadas del Viejo Montreal (Metro Place-d’Armes) donde encontrarás edificios del siglo XVII y estatuas que recuerdan a épocas gloriosas. Pasear por el Viejo Montreal es casi como pasear por París, con sus fachadas de piedra gris y sus elegantes boutiques, galerías de arte, cafés y bistros llenos de gente hablando un francés muy especial, el francés quebequois. Algo que honra a Montreal es que ha sabido conservar su patrimonio histórico. La bellísima Basílica de Notre-Dame (réplica de la famosa catedral parisina) es considerada uno de los patrimonios religiosos más preciados de Quebéc.



               


 



Fundada en 1642, Montreal fue una de las primeras ciudades de Canadá. Desde entonces, y hasta la década de 1960, fue el principal centro financiero e industrial de Canadá, así como la mayor ciudad del país. Considerada hasta entonces la capital económica de Canadá, también era considerada una de las ciudades más importantes del mundo. Sin embargo, durante la década de 1970, la anglófona Toronto le arrebató el puesto de capital financiera e industrial del país.






2. Basílica Notre-Dame de Montreal

Notre-Dame de Montreal, situada en el distrito de Ville-Marie en la ciudad de Montreal, es la iglesia-madre de Montreal. Auténtica galería de arte religioso, la riqueza de sus adornos no tiene equivalente en Montreal. La basílica recibe cada año cientos de miles de visitantes, atraídos por su esplendor neogótico, así como sus tesoros históricos: tallas de madera, pinturas, vidrieras, esculturas, una colección notable de arte sacro del siglo XVII al siglo XX.

 



  




3. El viejo puerto de Montreal

El Viejo Puerto es el alma social, económica y cultural de la ciudad desde que los franceses lo utilizaran como punto de intercambio para el comercio de pieles en el siglo XVII. Si quieres aprovechar al máximo cuando termines con el paseo por la isla de Montreal cruza el río para ir a pasear por su borde costero o toma un crucero por el río San Lorenzo, el segundo más extenso de Canadá, para contemplar diferentes vistas de la ciudad.







4. Subir a pasear por Mont Royal y ver Montreal desde su cima


El monte es uno de sus lugares favoritos de los montrealenses para hacer deporte o pasear. La Laguna de Los Castores, en el corazón del parque, es el escenario ideal para un picnic veraniego o para patinar en invierno.








5. Oui, je parle francais

Montreal es la cuarta ciudad francófona más poblada del mundo, detrás de París, Kinshasa y Abiyán. Sin embargo, Montreal también tiene una considerable comunidad anglófona, y un creciente número de personas cuyo idioma materno no es ni el francés ni el inglés. Es curioso que hay zonas donde predomina uno u otro idioma como se puede ver en este gráfico:


Reparto lingüístico de la lengua materna en la isla de Montreal en 2006. (Wikipedia)     Francófono (mayoritario)      Anglófono (mayoritario)     Alófono (mayoritario)     Francófono (minoritario)      Anglófono (minoritario)     Alófono (minoritario)



Con más de 3 millones de habitantes, Montreal es una ciudad multicultural, pero la ciudad es una excepción en la provincia de Quebec. Mientras que los habitantes de ascendencia francesa tienden a abandonar la ciudad para establecerse en sus suburbios, o incluso en otras ciudades de la provincia, más inmigrantes se establecen en la ciudad. La ciudad tiene una gran variedad de etnias y culturas diferentes. Junto con los descendientes franceses e ingleses, coexisten comunidades irlandesas, italianas, judaicas, griegas, árabes, hispánicas, haitianas, hindúes, chinas, alemanas y portuguesas.

6. Callejear por Montreal

No hay nada como perderse paseando por las calles de Montreal apreciando esos pequeños detalles que la hacen ser una de las ciudades más especiales de Norteamérica. Plateau Mont Royal es el barrio con más encanto de que ver en Montreal. Combina las tradicionales casas típicas bajas residenciales con las escaleras de hierro retorcido en el exterior con otras pequeñas avenidas donde abundan los cafés, pequeños restaurantes y tiendas de moda. Pasear por sus zonas residenciales es muy agradable y relajante y, si nos cansamos de ver sus casas típicas, tenemos a pocos pasos calles tan animadas como el Boulevard Saint Laurent.

             

 

Pasear por el céntrico campus de McGill University es otra de esas cosas que no puedes dejar de hacer si pasas por Montreal. Sus bellos edificios ya son merecedores del paseo. Si tienes más tiempo puedes entrar en algunas exposiciones o simplemente tumbarte en la hierba si vas en verano.

McGill University

Más alejada del centro se encuentra la Basílica de San José del Mont Real, una de las mayores iglesias católicas de Canadá. Destaca por su gran cúpula y sus alegadas propiedades milagrosas. Si vas al atardecer podrás disfrutar del espectáculo natural del sol reflejándose en sus ventanas que le dan un encanto muy especial. Las vistas desde arriba son muy bonitas también.



7. Contemplar Montreal desde el Parque Jean-Drapeau

Puente de acceso al Parque Jean Drapeau. En mitad del río Saint Laurence se encuentran dos islas: Sainte Helene y Notre Dame. Ambas forman el parque Jean Drapeau. La isla de Sainte Helene fue el lugar de celebración de la Exposición Mundial de 1967, de la que hoy sólo queda la Biosphére, un museo dedicado al agua y la naturaleza. El resto de la isla alberga agradables paseos y praderas, una playa artificial y un parque de atracciones.








Un bonito atardecer de invierno en el Parque Jean Drapeau con vistas a la ciudad de Montreal

8. Festivales o compras en Montreal

Montreal es uno de los centros culturales más importantes de Canadá, puesto que acoge varios acontecimientos nacionales e internacionales. Entre ellos, podemos citar el festival Juste pour Rire, uno de los mayores festivales de humor del mundo, el Festival de Jazz de Montréal, uno de los mayores festivales de jazz del mundo, y el Grand Prix de Montréal. La ciudad, en total, acoge más de 70 eventos internacionales al año.



Si vas a Montreal en invierno recuerda que es una de las ciudades más frías del este canadiense y con temperaturas alrededor de los menos 30 grados, la única alternativa es andar como un verdadero topo por los pasillos de La Ciudad Subterránea, con sus tiendas, restaurantes, cines y pistas de hielo para patinar. Se puede acceder por las estaciones de metro y ciertamente puedes pasar horas paseando "calentito/a" por este Montreal subterráneo. Cuando se acerca la navidad se llena de eventos para los niños. Las ciudades subterráneas son leyendas urbanas de Toronto y Montreal y nacieron con un sentido básicamente práctico. La idea es que quienes trabajaban o tenían que ir de compras al centro de la ciudad no tuvieran que salir a las calles gélidas durante el invierno. Así se creó una red de pasillos que conectaba los sótanos de los principales edificios de oficinas, centros comerciales y estaciones de metro, tren o autobús del centro de la ciudad. Los pasillos subterráneos de la ciudad de Montreal ocupan 32 kilómetros y su interior no se diferencia en nada de un centro comercial.





Paseando mientras nieva una tarde de invierno en Montreal


9. Los maravillosos jardines botánicos de Montreal

Si te gusta la naturaleza y las flores será un pecado no visitar estos jardines únicos en el mundo. El Jardín Botánico de Montreal (o en francés: Jardin botanique de Montréal), es un gran jardín botánico e invernaderos de 73 hectáreas de extensión. Por sus dotaciones, extensión y prestaciones está considerado como uno de los mejores jardines botánicos del mundo, equiparable al Real Jardín Botánico de Kew, en Inglaterra, al que seguiría en importancia. Yo recomiendo ir dos días para poder apreciar bien su riqueza.



  




Los jardines con el estadio olímpico al fondo



La mejor manera de conocer Montreal es a pie o en bicicleta. La ciudad tiene más de 480 kilómetros de carril bici y cuenta con un moderno servicio de préstamo de bicicletas (BIXI) a través de 300 estaciones repartidas por toda la ciudad. También puede alquilar los vehículos en las tiendas ubicadas cerca de las principales ciclo vías, como Cycle Pop (alquileres desde 17 dólares por cuatro horas, 1000 rue Rachel East, Plateau Mont -Royal).

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